Inauguración: “Caravana de los Migrantes. Ellos son nosotros”.

Inauguramos esta exposición fotográfica en coordinación con el Museo de las Migraciones y el CDF, sobre las migraciones masivas desde Guatemala y México hacia EE.UU.

Nuestro mundo es  y siempre ha sido una correntada migratoria.


Los seres humanos, desde siempre, han cruzado cordilleras, mares, desiertos, muros, huyendo de guerras, de hambrunas, de discriminaciones y soñando siempre con un mundo mejor que el que dejan atrás.
Lo que está sucediendo hoy en África,  en los países árabes, en nuestra latino América, no es nuevo. No hay un solo pueblo en el mundo que no haya pasado por eso y reconocerlo es responsabilidad de la historia, pero a falta de ella, es imprescindible la memoria familiar
En realidad, quizá lo que habría que investigar es cuál es el lugar de cada uno en este mundo. La mayoría de las veces ese lugar, es el rincón donde pensamos que podremos tener un futuro tranquilo, sin sobresaltos, con pan y paz para nuestros hijos e hijas. 
Qué buscaban nuestros abuelos cuando llegaron de Europa, o los japoneses cuando cruzaron el pacífico rumbo a Perú, o los africanos cuando cruzan el Mediterraneo rumbo a Europa, o los sirios cuando intentan dejar atrás un país desbastado, o nuestros hijos cuando parten para la tierra de la que vinieron sus abuelos. 
Cada vez que nos ataca la xenofobia deberíamos preguntarnos quiénes somos realmente, que significan en realidad esas líneas divisoria que llaman fronteras,  pero sobre todo deberíamos preguntarnos a quienes le sirven. Seguro no será a los más desposeídos donde el 1% de la población mundial tiene el 82% de la riqueza.
Las fotografías de Cristopher Blanquet, si las observamos mirando nuestra historia personal, nos hablan del hoy en nuestra América, pero las caravanas que van rumbo a USA se parecen a los barcos repletos de nuestros abuelos y abuelas que llegaban al puerto de Montevideo y nos hablan también de los migrantes que hoy están llegando a estas tierras del sur.


Mismas hambres, mismos miedos, mismas esperanzas.


Annabella Balduvino

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